A los 92 años recién cumplidos, Rafael Solano sigue estando al tanto de lo que sucede en la música
8 mayo, 2023 10 minutos de lectura
Rafael Solano es uno de los músicos vivos más importantes de República Dominicana. Su vida musical iniciada a los 11 años, ocupa 81 años de la historia dominicana.
El autor de Por Amor fue el invitado al Desayuno de CDN / elCaribe del pasado viernes. Un panel compuesto por Nelson Rodríguez, director del periódico elCaribe; Dalton Herrera editor de la edición digital, Katherine Hernández, comunicadora de CDN y productora del programa “Siendo honestos”, la redactora Patria Urbáez y quien suscribe, conversamos amenamente con la destacada personalidad de la cultura dominicana.
“El merengue tiene lo que quizás no tienen otros ritmos, y es la capacidad para abordar diferentes cosas. Puede ser romántico, político, religioso. La batuta, que era una canción que teníamos en repertorio, pero no era mía, sino de Emilio Morel y Julio Alberto Hernández, habla de un hecho político que aconteció. Eso es lo que narra La batuta. Yo estaba muy chiquito cuando salió ese merengue. Ya grande alguien me lo trajo y me dije: ‘¡ah, pero vamos a grabarlo!”, y a la gente le gustaba mucho, porque se cantaba mucho en El Show del Mediodía”, recordó el también destacado pianista.
“Siña Juanica es también otro merengue de doble sentido político que se tocaba mucho en El Show del Mediodía, el autor era Félix López, de Puerto Plata. Lo incorporamos a nuestro repertorio y se escuchó mucho en aquella época”.
“Hay merengues que son románticos, que tienen la letra como un bolero”, afirmó.
“En tiempos de la dictadura, el doble sentido tenía que hacerse con más cuidado. Hay un merengue que dice “Yo iba pa La Vega y pasé por Bonao. A mí me dieron agua de un jarro pichao”. No le voy a explicar lo que quiere decir eso, pero eso es un doble sentido. Está diciendo también que Petán acababa con las muchachas… Es que hay varios merengues de doble sentido. Y hay algunos que se pasan de la raya”, respondió al preguntársele sobre ese recurso que han usado los compositores en todos los tiempos, desde que existe registro.
La música, la sociedad
Ante la pregunta inmediata sobre la música actual, el autor de Por Amor se asombró: “¡Mira que rápido salió la pregunta! Yo sabía que venía, lo que no sabía que venía tan rápido”.
“Mi respuesta es que cada generación tiene su propia música. Hay que empezar por ahí. No analicemos si es buena, si es mala… es propia de cada generación. En los 50 se cantaba una cosa, en los 70 otra. Ahora se está cantando otra cosa”, manifestó.
“Pero hay un problema que ha surgido en esta época. La imagen reemplaza mucho a la calidad, al talento. La muchacha con un cuerpecito muy bonito, que es una muñequita cantando, bailando y haciendo de todo, llena… ¡pero miles de personas.!
“Si te sientas y cierras los ojos, y pones un título, te preguntas ‘¿y qué lo que está cantando, qué le hayan?’ Es la imagen la que está impresionando a las personas”, reitera.
“Es la gente la que dice lo que le gusta a la gente… El tema es amplio. Pero hay que tener en cuenta que la persona, el público, la sociedad. influyen mucho en todo lo que sea arte. Hablo en sentido general, no solo de la musiquita que se escucha ahora. Hay un libro que se titula “El público en tiempos de Beethoven”. Es un libro voluminoso”, expuso.
“El arte es compartido. El pintor no pinta para poner el cuadro en su casa, lo pinta para exponerlo. Entonces la gente toma parte y emite su opinión. Y cuando vienes a ver se crea una cosa diferente a lo que está ahí. Si nos vamos a la música actual. ¿Quiénes son los que lo sostienen? Dile algo que no le guste a un cantante de dembow y te dice: ¿qué lo que tú dices? ¿Yo no sirvo? Ve y anúnciame que te lo voy a llenar, con 50 mil o 60 mil personas. Eso en el lenguaje de la calle se llama ‘tapaboca’. No se puede tener en cuenta solamente al tipo que está cantando. Tienes que tener en cuenta a la gente que lo sigue. ¿Y por qué la gente lo sigue?”, se preguntó.
Solano puso el ejemplo hipotético de alguien a quien meten preso: “lo metieron preso porque maltrataba la mujer, y le encontraron muchísimas cosas. Y lo sueltan y desde que lo sueltan da un concierto y van 50 mil personas. Entonces dice él ‘¿qué lo que tú estás hablando? ¡La gente me apoya! Y si la gente lo apoya es que la sociedad está decidiendo lo que está pasando. Ese es el problema. La gente critica al que está cantando o grabado el disco, pero no toma en cuenta que hay millones de personas que lo están siguiendo”, ilustró.
Ante otra interrogante, el maestro Solano indicó: “Hay que ver lo que se está poniendo. No porque sea popular hay que ponérselo a la gente. ¡Hay letras de esas que hay que ver lo que dicen!” -se espantó-. “Hay muchas que son bastante fuertes. El problema está en que hay quienes pueden decir que eso es cultura, que eso está en la calle. No es fácil de enfrentar eso… Pero ¡¿vamos nosotros a auspiciar una cosa que tiene una letra que está diciendo vulgaridades, frases, cosas, como no deben ser?!…
Sobre los narcocorridos que suenan incluso en los campos dominicanos, que el gobierno dominicano mismo promueve de cara al turismo, opinó que: “El juego está tranca’o; le gusta a todo el mundo, le gusta a la gente, promueve cosas negativas y produce dinero. Entonces ¿qué sucede si lo suspendemos? Se forma una protesta, la gente disgustada…, el estado no sabe qué hacer”.
Otra de las interrogantes en el Desayuno de El Caribe /CDN, estuvo relacionada con la trascendencia de la música de ahora. ¿Cómo puede trascender en el tiempo como sí trascendió la que se hacía entonces, Solano recordó el caso de un distinguido músico, (el director de la Orquesta Sinfónica Nacional) a quien un exponente urbano le espetó: “¿qué es lo que tu quieres que nosotros toquemos, la porquería de música que tú tocas?”.
Para responder una pregunta relacionada con la necesidad de políticas culturales que estén encaminadas a desmontar esta situación, el productor y conductor del legendario programa de TV La Hora del Moro, señaló que el gobierno se encuentra en una situación difícil, porque hay quienes le dicen: “¡ten cuidado, no te metas con esa gente, que por ahí vienen las elecciones! Si tú les paras esa música, nos van a votar en contra”. ¡Es que no es fácil, no es fácil!”, reiteró.
Señaló que una persona que piense que canta bien, tiene canciones, tiene la música, “lo que le hace falta es buscar un tipo que le haga un disco. Aquí nunca existieron grandes disquera. Bueno, ahora no hace falta pedirle a nadie nada. Un tipo se tranca en una habitación hoy y graba una cosita con la guitarra y mañana él recibe que lo han visto 100 mil personas. Y no es mentira, le vieron, le dieron su opinión. Y le dijeron ‘ay que bien, me gustó. ¡Cántame otra!’”.
¿Evolución en la música?
Ante una reflexión sobre los cambios experimentados en el mundo de la música, el compositor dijo “ha cambiado todo”.
Y reflexionó: “Yo no usaría la palabra evolución, porque eso quiere decir otra cosa. No es que ha evolucionado, ha cambiado… Es otra situación. Eso ha sucedido ya antes. Si le damos para atrás encontramos la palabra discoteca. La discoteca fue mortal para los músicos. ¿Qué quiere decir discoteca? Un sitio donde se ponen discos. Donde se acostumbraba a tener una orquesta en vivo, pagándole, ahora es una discoteca. Quiere decir que ya no usa músicos, sino que usa a un tipo poniendo discos. Que todavía andan por ahí. Se han hecho famosos como los cantantes. Se han hecho famosos por poner discos. ¡La gente paga dinero para ir a oir un individuo poniendo discos! Cosa que yo no entiendo”, se lamentó.
Rafael Solano, uno de los últimos moicanos de la época de oro de la música dominicana tiene un clamor: “la música romántica no se ve bien hoy día”.
Pero insiste: la sociedad es la culpable. “Si la gente no fuera y apoyara, pero es que va la gente y apoya. ¡Si anuncias en un sitio y se llena! Imagínate. Ahora hay una cosa que se llama ‘la industria del espectáculo’. Ya no se dice la música, el arte. Esto es una industria y no es cuestión de si cantas bien o no. Lo que importa es que la gente vaya y que le interese. Porque lo que domina es… ¡la imagen!”.
Ante una pregunta acerca de si colaboraría con alguno de los artistas urbanos, el creador de En la oscuridad, fue determinante: “¡No puedo hacerlo, porque no conozco ese género! A veces en son de chiste digo que me voy a pelar así, ponerme lentes negros -porque todos usan lentes negros- para ponerme a tono. Pero qué va, yo no estoy en ese mundo!”.
Y cerró tajante: “¡No, yo no haría una colaboración!”.
La cultura y la dictadura de los músicos
“La cultura es para mí uno de los principales motivos de progreso que tiene cualquier país. ¿De qué vive Italia? De sus artistas, de sus museos, de sus creadores… Nosotros lo que tenemos es tratar de desarrollar nuestros valores culturales… Esa es la gran forma de progreso que tiene el país”.
“Viví gran tiempo en la dictadura en que era el preferido. Y decían ‘por orden, Solano, ese es el que va a tocar’… Yo decía que esa fue la dictadura de los músicos. Hay cosas que la gente no sabe de Trujillo.
Estaba más atento a la música que todo. Yo dirigiendo la Orquesta Angelita, había que tocar el himno nacional cuando el pisaba la puerta. Él se quedaba de pie. Por cierto, se molestó… hubo que achicarlo. El himno había que tocarlo en un minuto… Porque era muy largo para estar parado. Una vez se le fue un sonido a un saxofonista y él salón lleno. ¿Cuántos se dieron cuenta de eso? ¡Él! Y atravesó el salón con la mirada. El del bajo me dijo ‘de aquí no salimos vivos’… Él se molestó, cuando se sentó, vino Petán y me dio por la espalda: “¿quién fue que se equivocó?”. “¡No sé!”. “Cómo Ud director no se va a dar cuenta?”. “¡Estaba atento al piano!”, le dije”.